21 de agosto
El 21 de agosto de 1968 los tanques del Pacto de Varsovia entraron en las calles de Praga para acabar con lo que se había llamado "Primavera de Praga". El espíritu del 68 comenzaba a morir sin haber llegado ni siquiera a la mayoría de edad. ¿Cómo se interpretó desde la izquierda de entonces? ¿Cómo podemos seguir interpretándolo desde la izquierda?
Ayer, casualmente, leía una novela de Eduardo Mendicutti -Tiempos mejores-, en la que el personaje recordaba su verano del 68, marcado por la ilusión de una acción política (entra a formar parte de una cédula del partido comunista y prepara una huelga de vendimidiadores que fracasará) que podría haber comenzado a cambiar las cosas. Desde el presente de la narración (1989), la perspectiva es bastante desoladora, ya nada queda en los que rodean al personaje de aquel espíritu que él mismo entiende comenzó a morir ese 21 de agosto, ese día en que tuvo que romper el poema que había escrito dedicado a la Rusia, defensora de la justicia social. Han llegado, para el personaje, tiempos mejores, o peores, según se entienda, claro está. Pero algo sí hay positivo en la lectura final de la novela: el personaje, a lo largo de ese verano, conquistó su libertad. El Partido le hizo romper con la dependencia de su familia terrateniente, la invasión de Checoslovaquia y la forma de organizar la huelga de vendimidiadores le hizo romper con su dependencia del Partido. El protagonista, al final de ese verano del 68, era libre. En él sigue viviendo de alguna manera el espíritu del 68, porque su vida no está programada por nada ni por nadie.