Un día, el profesor de Historia del Arte nos dijo que íbamos a estudiar el escorzo. Encendió con mucha parsimonia el proyector de diapositivas, buscó en su carpeta una única diapositiva y, lentamente, la introdujo en el soperte de la máquina. Con la clase en semioscuridad, el torrente de luz blanca se oscureció de escorzo. El profesor dijo, gustándose en la suerte:
- El
Cristo muerto de Andrea Mantegna. Lo pintó en 1490.
Silencio.
- La clase ha terminado -dijo unos cinco minutos después de iniciar la faena.
Esos cinco minutos de silencio, escorzo, oscuridad ambiental y Mantegna fueron, creo hoy, la mejor clase de Historia del Arte de mi vida.