Existe siempre cierta problemática en torno a la heurísitica. Supongo que Aarseth, en su artículo acerca de la Literatura ergódica entrega ciertas claves para encaminarnos en nuestras reflexiones.
Me parece mucho mejor llamarle a todo este conjunto de Literatura (Nouveau-Roman/Oulipo/Hiperliteratura) Literatura ergódica, es decir, laberíntica. Queneau, Perec, Nabokov o Cortázar son escritores ergódicos, es decir, escritores que dejan en manos de sus lectores la construcción de su obra. Entregan unos materiales con diversas estructuras opcionales o potenciales que el lector ha de armar como ustedes han dicho.
Aunque es cierto que existe una confunsión acerca de la diferencia entre el hipertexto semiótico de Kristeva y los hipertextos virtuales, la cuestión se solventa en la naturaleza del hipertexto, en la medida en que éste parte de un hipotexto dado. Si el hipertexto virtual posee un hipotexto textual no es desacertado denominarlo de tal manera. Sin embargo, si no es así, creo, que deberíamos llamarlo de otra manera para que no se produzcan confusiones terminológicas.
Un saludo,
Sebastian Coh
P.D. - La Literatura popular puede definirse como aquella literatura que carece del valor (en el sentido kantiano) artístico, necesario para la producción de nuevos metatextos. Si atienden a las teorías de la recepción de Iser o Jauss comprenderán que un texto que no ha provocado metatextos o paratextos críticos tiene una vida residual, en el sentido de que no ha logrado rebasar el horizonte de expectativas de su historicidad. Su duración por tanto se limita a los años de vida de aquellos que lo recuerdan.
Un caso ejemplar son las obras de Cronin, Fallada y ya en nuestros días de Follet y Dan Brown cuyo valor artísitico se reduce al mercantilista.
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