Referendum
Ayer hubo referendum en Cataluña.
- ¿No me digas, tío?
Pues sí, fíjate lo que son las cosas, que casi no nos enteramos en el resto del país, estado, península o cosa, como llamemos a esto, con lo del fútbol.
- ¡Oye, habla por ti!
Pues eso hago, hablar por mí. El caso es que anoche, entre partido y partido, estuve escuchando un rato la radio, que estaba aburridilla, por cierto, con eso del referendum.
Así y todo me hizo gracia escuchar a uno de nuestros Padres de la Patria haciendo malabares con los porcentajes de participación y de noes. Para el susodicho, resulta que el 51 % de abstención debe sumarse al veintinosecuantos de noes y así terminar diciendo que el setenta y tantos por ciento de síes, prácticamente, no tiene valor. En fin, un delirio, creo.
Con lo anterior no quiero que nadie piense que estoy de acuerdo con unos o con otros, porque lo triste de esto es que me da igual. Probablemente sea un gravísimo error por mi parte, pero no puedo evitar pensar que esto del estatuto de Cataluña no es tan importante ni supone la disolución del estado ni la entrada en un proceso de balcanización que nos lleve a sabe Dios qué. Y es que soy una mente cándida.