Botella al mar
El mar un azar
Vicente Huidobro
Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.
¿A qué es bonito el poema? Yo no sé ustedes, pero yo veo caracoles y también piruetas y comefuegos, leo en el poema marejadas y calmachichas, cuerpos al sol solitarios en la arena, barcos de vela con capitanes intrépidos y náufragos desesperados bajo su cocotero. Pero ya no soy un niño, y la botella lanzada al mar es solamente un montón de palabras bien engarzadas, de modo que es probable, casi seguro, que en realidad no existan las piedritas ni los caracoles y que todo lo que encuentro no sea más que un enorme montón de palabras, aunque sean tan poquitas, que sólo sean seis versos que no dicen nada.